sábado, 19 de septiembre de 2015

EPOCA MODERNA





Los estragos de la peste negra ayudaron a la rehabilitación del gato y empieza a considerarse animal familiar en los textos a partir del siglo XVII. Gracias a los descubrimientos científicos de mitad del siglo XIX, y a los inicios de la explicación de la naturaleza y de la transmisión de las enfermedades por los microbios y no por las brujas, se demuestra que el gato es un ejemplo de higiene ya que se lava hasta veinte veces al día.
El don que tiene el felino para cazar ratones vuelve a ser apreciado, y el primer felino vendido en Paraguay será intercambiado por un lingote de una libra de oro.
El gato ofrece sus servicios en tiendas, oficinas, almacenes, granjas y navíos. Hay compañías de seguros que incluso exigen que haya gatos presentes en los buques de carga. El mundo artístico ayudará también a la rehabilitación del pequeño felino gracias especialmente al movimiento romántico del siglo XIX. El gato se usará a partir de entonces en todas las artes, ya sea la música, la pintura o el cine. Las creencias y supersticiones que encontramos hoy en día alrededor de los gatos y de sus características maléficas son los últimos rastros del miedo y de la desconfianza resultantes de los siglos pasados.

ETIMOLOGIA










Aunque al macho se le llamaba myeou en el Alto-Egipto, haciendo referencia a la onomatopeya de su maullido, a las hembras las llamaban techau, nombre que han encontrado grabado en muchas tumbas de mujeres. De este término deriva el nombre chaus, que ahora denomina a un gato salvaje de Egipto y de Asia, Felis chaus.
Después se le atribuye el nombre de qato en siríaco. Parece que ésta sea la verdadera raíz del término italiano gatto. Sin embargo hay otros orígenes posibles, sobre todo el adjetivo latino cautus, que significa astuto o agudo, o también el verbo francés guetter en el sentido de espiar, ya que el gato es un animal activo que tiene la vista y el oído siempre alerta. Algunos etimologistas creen que se trata de una fantasía, ya que el uso de la expresión gato se empieza a usar en Egipto varios siglos antes de la aparición del gato en Atenas, Roma o en la Galia. A pesar de todo no es fácil diferenciar, en los textos antiguos, al gato de otros cazadores de ratas como la marta, la garduña, o la comadreja. Los griegos llaman a los gatos ailouros, que significa «animal que mueve la cola». Este término se conservó para denominar a los amantes de los animales: los ailurofílicos. En la Edad Media, gatti o cattine fella designaban las pieles de gato. En esa época también se usaban otros términos para designar al gato doméstico. Todos empiezan por la palabra latina mus, que significa ratón. Encontramos sobre todo musio, murio, murilegus y muriceps. Estas denominaciones muestran hasta qué punto está intrínsecamente ligado el gato a la caza de ratones.
La palabra gato reemplazó al felis latino genérico. Parece que este término no sea resultante del latino catus, prudente, ni de catulus, cachorro de perro, ni de captura, sino que vendría de África, donde se dice kadista en nubio antiguo, qato en siríaco, kattos o katta en griego o del árabe quett.
Partiendo de esta base podemos identificar el término gato en muchas lenguas aunque con ligeras modificaciones, a diferencia de perro, cuyas sonoridades difieren totalmente. Así que tenemos chat en francés, cat en inglés, katze en alemán, gato en español, gat en catalán, katt en sueco, gatto en italiano, kat en holandés y en danés, por ejemplo.
No es hasta el siglo XVIII cuando aparecen términos derivados de gato, como gatito o gatera.

sábado, 12 de septiembre de 2015

HISTORIA DEL GATO












La historia del gato se define sobre todo por la percepción que el hombre tiene del pequeño felino. Se cree que la domesticación del gato comenzó entre el 7500 y el 7000 a. C. La visión que el hombre tiene del gato difiere totalmente de una época a otra, yendo desde el Antiguo Egipto, cuando lo veneraban, hasta la Edad Media, cuando los quemaban en las hogueras.
Los primeros descubrimientos paleontológicos sitúan los primeros focos de domesticación del gato en Egipto hacia el 2000 a. C., pero el descubrimiento en 2004 de los restos de un gato al lado de los de un humano en una tumba en Chipre aplaza el inicio de esta relación de 7500 a 7000 años a. C. El gato descubierto presenta una morfología muy cercana a la del gato salvaje africano, sin las modificaciones del esqueleto debidas a la domesticación: se trataba de un gato acostumbrado, más que domesticado. La cohabitación de los gatos y los hombres empezó probablemente con el aparición de la agricultura: el almacenaje del cereal atrajo a los ratones y a las ratas, que a su vez atrajeron a los gatos, sus depredadores naturales.
El estudio realizado por Carlos Driscoll sobre 979 gatos permitió determinar el origen probable del gato doméstico: es en el Creciente fértil donde los felinos y los hombres habrían establecido contacto. Hubo cinco domesticaciones distintas del gato del desierto, hace entre 8000 y 10 000 años.
El gato doméstico no es la única especie entre los Felinae usada como animal de compañía, el gato del desierto y el puma yagouaroundi están o estuvieron domesticados para cazar ratones y ratas.
La domesticación del gato se debe a que lo peditaron muy bien, y así sigue en las generaciones siguientes.